Diario de un cristiano en el valle digital
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lunes, 30 de agosto de 2010

Escuchar a los jóvenes


(Puedes ir a mi nuevo blog www.alcierzo.com y seguir allí otros artículos como este)

Al cumplirse los cinco años de la muerte violenta del Hno. Roger de Taizé, verdadero hermano universal, de la que me hice eco en Ciberiglesia, la Comunidad de Taizé ha lanzado algunos vídeos con entrevistas a su fundador. Os invito a visitar lo que no sabíamos del Hno. Roger.

Me llama poderosamente la atención cómo arranca la entrevista. A la pregunta sobre qué queremos para los que vienen a Taizé (jóvenes en su mayoría), él responde que, ante todo, que sean escuchados, no para recibir consejos y directivas, sino para liberar en ellos el amor que llevan dentro.

Escuchar a los jóvenes... Parece una contradicción, porque vivimos en un mundo donde los niños y los jóvenes pueden llegar a ser verdaros tiranos, sin control, sin límites claros, reyes y emperadores de la casa. Sí, les oímos, oímos sus gritos y protestas, sus órdenes y urgencias. Pero, ¿les escuchamos? ¿Escuchamos sus miedos y esperanzas, sus preguntas profundas, sus alegrías, sus testimonios, sus valores...? ¿Tienen sus ideas y sugerencias verdadero poder para cambiar el presente? Hemos construido un mundo para ellos pero sin ellos. Cada día se incorporan más tarde al mercado laboral, a la vida política, a la comunidad cristiana. Tomamos decisiones que les afectan, pero no les consultamos. Y en ellos habita la presencia del Resucitado, esperando ser escuchado también, que nos habla y nos salva.

domingo, 29 de agosto de 2010

Motivos


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Dice San Ignacio que, antes de comenzar un camino, antes de emprender algo, uno debe examinar sus motivos, qué busca, porqué está aquí, adónde va...

Durante años me he resistido a escribir un blog. Y eso que, desde 1998, nos lanzamos Susana y yo a crear y animar http://www.ciberiglesia.net/ Lo pensé varias veces y me daba cierto miedo (demasiado tiempo, demasiado abierto el corazón, demasiado personal...). He tardado en darme cuenta de que, si deseo seguir explorando qué es vivir y compartir el evangelio en las nuevas redes sociales digitales, no me queda más remedio que lanzarme al agua. Al hacerlo, no quiero que este blog repita lo que ya es Ciberiglesia, con sus servicios, sino algo más personal, una especie de "diario de misión" como el que escribí durante años cuando era misionero en Camerún. Conozco lo que esto significa, lo que conlleva, lo que exige. Sé que no va a ser fácil. Necesito tu ayuda, Señor, ahora que comienzo un camino que no sé muy bien a dónde me lleva.

Aquí estoy, delante de mis hermanos y hermanas. Limpia mi corazón para que no me busque a mí mismo sino servirte a Ti. Tú sabes mejor que nadie que, además de las buenas intenciones, habrá motivaciones en mí fruto de mi debilidad. Ayúdame. Que pueda compartir mi fe en Ti y mi deseo de vivir el evangelio sin buscar otra recompensa que saber que he cumplido tu santa voluntad. Porque Tú lo dices, echaré las redes.